IV. UBICACIÓN Y MATERIAL DE CONSTRUCCIÓN:

El Monasterio del Carmen es un complejo arquitectónico del siglo XVIII que pese a la evolución de cincuenta años en sus elementos mantiene unidad, ocupa una manzana entre las calles: Bolivar, Colón, Estete y Ayacucho.

La construcción primitiva fue de ladrillo íntegramente como lo señala las noticias históricas: En ese momento (1759) se estaba terminando la Iglesia y el Claustro principal se hallaba concluido. Al producirse el sismo se cayó la bóveda del templo y los arquitectos volvieron los ojos, como en otros edificios de Trujillo, hacia los materiales libianos de cubierta.

Se reconstruyeron las bóvedas en quinchas y se devió cambiar el plan original de ladrillo por madera en el segundo claustro, y dependencias añejas.

La Iglesia, como la mayoría de las monjas en el Perú en una sola nave cubierta de cañón con lunetos y con cúpula en el tramo interior del presbiterio. Tiene arcos torales y coro alto. Este último fue arreglado en el presente siglo sustituyendo el antiguo arco carpanel por viga de hormigón, con ménsulas. Pilastras adosadas reciben los arcos fajones de la bóveda. Una balaustrada de madera recorre el cornisamiento de toda la Iglesia marcando una tribuna. En el exterior se advierte que ha habido cambios de plan por razón de la reconstrucción de 1759 o posterior.

Existe una puerta lateral tapiada, cuyas huellas se ven aún en la fachda lateral, que se encontraba exactamente al costado de la actual. Cabe hacer notar que tanto el Carmen como el Santa Clara, ambos conventos de monjas, son raros por su fachada frontal. Los conventos de monjas Americanos suelen tener solo portadas laterales dobles o sencillas.

La portada frontal de la Iglesia es de ladrillo y tiene dos cuerpos y tres calles. El primer orden es corintio sobre pedestal con el entablamiento recortado, el segundo esta constituido por pilastras con ménsulas a tres hornacinas distribuidas en triángulos: La central tiene columnas corintias que se prolongan por encima del entablamiento en semi - pilastras que rematan en frontoncillos circulares.

Un escudo del Carmen y un reloj solar rematan el conjunto. El diseño de esta fachada, la mas barroca de Trujillo, muestra que esta incompleta. Seguramente que en su origen tuvo un frontón o algún remate que se desplomo con el terremoto de 1759 y en la reconstrucción se debió suprimir por considerarse de excesiva altura o no haber arquitecto para la lógica completación del conjunto. Así la fachada termina brúscamente en muro de hastial como en el centro.

La dos torres cuyos cubos lleban pilastras con bordones y entablamiento peraltado, terminan en campanarios de planta octogonal y cubiertas tronco piramidales con decoración cerámica que son obviamente del siglo XIX. La portada de la Iglesia del Carmen de Trujillo, cuya decoración es netamente barroca, es el único ejemplo existente en la ciudad del estilo tardío de esa época. Los elementos del segundo cuerpo o sea pilastras con ménsulas provienen de la arquitectura de retablos que salen de Lima donde aparecen en la Catedral La Concepción, los huerfanos, etc. El diseño es de discreta armonía y es unos de los mas bellos del norte.

La fachada lateral es de un solo cuerpo de orden corintio sobre pedestal amensulado. El entablamiento se halla roto para dar paso a la hornacina y un remate de molduras sencillas de escaso relieve corona el conjunto.

Indudablemente ambas portadas pertenecieron a la misma mano. La primitiva portada lateral hoy anulada, tenía la hornacina de segundo cuerpo arquitectónicamente mejor colocada: sobre la línea de la corniza. Al cambiar el diseño de la bóveda se bajó en la nueva portada la hornacina a un sitio inadmisible dentro de la correción del trazo del orden, dando como resultado una portada chata y sin elegancia arquitectónica.

El claustro principal constuido de ladrillo con cubiertas de madera tiene ocho pilares cuadrados por lado, sobre el pedestal sencillo y capiteles toscanos. El entablamiento es tambien toscano y remata en dados con pirámides.

La cubierta, la parte mas valiosa es casetonada a base de vigas maestras, vigetillas y tableros, ménsulas y mensulillas de delicada talla, apoyan las vigetillas sobre las vigas y las vigas madres sobre el muro.

La celdas de muro de adobe con cubierta de madera, ventanas teatinas. La sala de campanas, sacritia internas, etc. tienen buenos artesonados de madera.

El segundo claustro es de madera: columnas corintias con su respectivo entablamiento, reciben un preciosa artesonado de características similares al primero. El piso del patio como el resto del convento es de ladrillo. Buenos artesonados existen en la sala Capitular, Sala de Recreo, ropería y reflectorio; y en este último sobresalen las alacenas empotradas en el muro que sirve para cada religiosa.

Merece destacarse la imprtancia de la antigua cocina que conserva el hogar o fogón de la amplia chimenea tronco piramidal de quincha.

El antiguo noviciado esta constituido por una pequeña casa del siglo XVII o XVIII temprano. Tiene un pórtico de madera adelante con muro de adobe adapatas posteriormente a noviciado. Un oratorio central, una capilla lateral, sala de recreo, dormitorios y patiesillo con alacenas; tanto interior como exteriormente se pueden apreciar restos de pintura al temple y fresco. Las más antiguas en el exterior, de tono siena pertenecen al siglo XVIII temprano y las del oratorio son del siglo XVIII; el resto es de la segunda mitad del siglo XVIII.